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Wednesday, January 21, 2009

¿Por qué nadie hace caso a mis premoniciones?

¿Alguien recuerda aquél vejísimo post (como mi blog tiene años ¿no?) en el que tuve la premonición de que el auto de mi amigo Yocu sufriría un percance porque lo dejó estacionado en la calle mientras andaba de gira por Europa?

Bueno, pues resulta que sí tuvo un trágico final en aquella ocasión y ya se me había olvidado postearlo. Yocu regresó de gira, miró hacia un lado, miró hacia el otro y naaada. Entró a su casa y el piso encontró una invitación del departamento de no sé qué del gobierno para que les hiciera el favor de ir a reconocer el cadaver de su auto, así es, quedó irreconocible después del fatal accidente en el que un camión que intentaba dar la vuelta o estacionarse, ya no me acuerdo que diablos; lo dejó prensado como chicharrón para gorditas.

Sólo me resta hacer el homenaje post-mortem correspondiente. Corran la música nostalgica...
Yocu lo tomó bastante bien como podràn ver...
Ya casi lo supera, sólo bastan unos pocos cigarritos en el trabajo para vencer el trauma...

Bueno pues que descanse en paz en el deshuesadero o donde quiera que esté, al fin que Yocu, como es taan pudiente tiene para comprar autos como si fueran caramelos. Eso sì, el coraje nadie se lo quita y para la próxima le recomiendo ampliamante hacer caso a mis pronósticos.

Sunday, January 18, 2009

Besos al alcalde de Guanajuato

No lo conozco, pero estoy segura que en una de esas hasta eunuco es el alcalde de Guanajuato. Un día despertó y se dijo a sí mismo: "Mi mismo...¿Cómo me convertiré en el hazme reir de la población y quedaré como un verdadero pendejo? Ah! ya sé, prohibiré los besos apasionandos en la calle".
Pfff pedazo de idiota! Prohibir los besos en el lugar más representativo de los mismos.

Siempre soñé con conocer el callejón del beso y representar la escena de aquella famosa leyenda que versaba más o menos así:

Carmen era hija única de un hombre intransigente y violento, pero como suele suceder, el amor triunfa a pesar de todo. Doña Carmen era cortejada por don Luis, un pobre minero de un pueblo cercano. Al descubrir su amor, el padre de doña Carmen la encerró y la amenazó con internarla en un convento; según su padre, ella debía casarse en España con un viejo rico y noble, con lo cual el padre acrecentaría considerablemente sus riquezas.

La bella y sumisa criatura y su dama de compañía, Brígida, lloraron e imploraron juntas y resolvieron que la dama de compañía le llevara una misiva a don Luis con las malas noticias.

Ante ese hecho don Luis decidió irse a vivir a la casa frontera de la de su amada, que adquirió a precio de oro. Esta casa tenía un balcón que daba a un callejón tan angosto que se podía tocar con la mano la pared de enfrente.

Un día se encontraban los enamorados platicando de balcón a balcón, y cuando más abstraídos estaban, del fondo de la pieza se escucharon frases violentas. Era el padre de doña Carmen increpando a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir que el amo entrara a la alcoba de su señora. Por fin, el padre pudo introducirse, y con una daga que llevaba en la mano dio un solo golpe, clavándola en el pecho de su hija.

Doña Carmen yacía muerta mientras una de sus manos seguía siendo posesión de la mano de don Luis, quien ante lo inevitable sólo dejó un tierno beso sobre aquella mano.

Bueno, yo no quería representar la tragedia completa, sòlo la parte del beso de balcón a balcón, pero resulta que el día que al fin conocí el dichoso callejón, estaba lejos de tener a quien besar. Me acompañaban Nicola y Selene son grandes amigas, no son feas pero no son mi tipo y no me animé a besarlas.

Felicidades al alcalde, logró su cometido, me hizo reir mucho y estoy plenamente convencida de que su mamá nunca le dio besos al chiquito ups digo, de chiquito y menos ahora que perdió completamente la razón. Ay alcalde, le hace falta una novia o seguramente lo mandaron a la goma y por eso su repudio al amor.

Para que vea que no todos somos frìjidos en el mundo, yo le mando besos tronados al alcalde de Guanajuato.


Mejor le mando un òsculo pero sin el ós... mmm brincos diera el fulano, mejor no le mando ni madres.

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